lunes, 6 de septiembre de 2010

23:57

Afuera llovía. El viento, de no menos de 80 km/h no ayudaba a tranquilizar a la chica de cabellos amarillo-verdoso que, inquieta, se acurrucaba lo máximo posible en el regazo de su compañera de azulinos mechones, quien tampoco se encontraba muy a gusto con el temporal que se avecinaba
- tranquila, cálmate, ya pasará - susurraba más para si misma que para la pequeña.
- no puedo, se acerca una tormenta, y aún no llega nadie, tengo miedo... - dijo al borde de las lágrimas.
- sí, sí puedes, hemos sobrevivido a muchos otros desastres y éste no será la excepción -
- estábamos protegidas, bajo tierra, ¿recuerdas? -
- sí me acuerdo, pero... -
- pero nada, quiero creerte, de veras, pero ya no puedo más - en la última sílaba se quebró su voz y el llanto no se hizo esperar.
Pasaban los minutos y el resto de habitantes de la cabaña no aparecían... Ojalá lleguen antes que la tormenta...

P.D.: Es posible que la tormenta no prosiga, y es posible que quienes viven allí no alcancen a llegar a cobijarse a la casucha...

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