sábado, 18 de diciembre de 2010

Reencuentro

- Despierta, despierta... Hey! Abre los ojos... -susurraba quien debiera ser la peliazul mientras golpeaba ligeramente las mejillas de la persona a quien le hablaba- Mira! Está reaccionando! - gritó a su acompañante.
- Hmhn... Hhfgm... Mmm... Ayyy, mi cabeza... -dijo la persona que estaba reaccionando, al mismo tiempo, oyó unos pasos acercarse y detenerse a su lado, luego sintió una mirada acusadora examinando su cuerpo.
- Bien, iré a por ayuda, tú quédate aquí en el tiempo que vuelvo. No me tardo! Cuídate! -
- Si si, vete. - Y la peliazul se fue.
- Hey, y tú, abre los ojos que no te pienso cargar, sé que puedes escucharme, así que apresúrate y levántate. - escupió la rubia-castaña.
- Aahh... Bien bien, pero no es necesario que te pongas tan antipática... -
- Yo soy como soy, no vengas aquí a criticarme mi manera de ser. -
- No pretendo eso, quiero que ayudes a quien te habla, sólo vine de visita.
- Mmm... Eso supuse, pero he ahí tu castigo, hahahahha... - se burló la blonda.
- No te descargues conmigo, no fue mi culpa, o sea si, pero... Agh, rayos sí, ¡pero! fue Hiro quien me desobedeció cuando le ordené abrir la puerta. Y su excusa fue que perdió la llave. -
- ¿Y tú le creíste? - preguntó indignada.
- Era la mentira más creíble, piensa: ¿Quién no se va a perder en esa pocilga cubierta de polvo? - respondió un poco herida.
- Heey! Cuidado con lo que dices, mira que puedo abandonarte aquí y convencer a Sekhmet y los demás que te fuiste -amenazó ya molesta.
- Bien! bien! No hace falta la violencia, Hiro sabe que estoy aquí, además mira, ahí viene mi salvadora... -dijo evadiendo claramente la confrontación- Seki querida! Llegas justo a tiempo antes de que Juna me hiciera picadillos...
- Claro, resguárdate en Superwoman - soltó con rencor.
- Ya ya, June, tranquila, Shiroiho me explicó todo y es verdad, ella lo hizo por "protegernos" y bla bla bla... - intentó tranquilizarla.
- La defiendes! ¿Qué te hizo ese maldito? ¿Te lavó el cerebro? Me las va a pagar, ya va a ver... - dicho esto salió hecha una fiera en dirección a su vivienda.
- Espera! Juna! -pero la nombrada ya no la oía- ¿Qué haces, Sekhmet? ¡Detenla! -exclamaba airada la causante del embrollo.
- Déjala, se le pasará en el camino. Ven, te ayudo a pararte - y así lo hizo. Una vez de pie, la visitante y Sekhmet tomaron el mismo camino que anteriormente hizo Juna. El camino que dirije a Casa.


1 comentario:

Anónimo dijo...

se liberaron? @_@