Pero Él lo había encontrado. Y se acercaba lentamente.
Hasta que llegó. Abrió la macilenta puerta y dejó entrever su desquiciada faz, su nariz chueca con una notoria cicatriz de golpiza, que en su tiempo habría sido fina y estilizada, su boca de labios delgados y secos en una sonrisa ansiosa, percibiéndose una corrida de dientes desconcertantemente blancos y brillantes, su mentón anguloso con una barba de seis días y sus ojos, sus felinos ojos de un marrón verdoso brillante con una mirada totalmente trastornada.
- Hola, pequeño minino -le susurró.
- H-Hola, Ci-Cielus - respondió balbuceante.
Sabía lo que había pasado. Sabía que sus padres abandonaron su cuerpo para ir hacia algún lugar muy lejos de allí. Sabía la perspectiva que le esperaba cruzando el umbral del ropero. Sabía que, en ese momento, al único que tenía era a Cielus. Y también sabía que Cielus nunca le haría nada.
Pero también sabía que, a veces, Cielus no se puede controlar.
P.D.: Dasdsdsdas, sabía que Yokozawa no se podía quedar solo, y Kirishima es simplemente perfecto ♥♥♥♥♥♥
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